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20 oct 2022
Como se ha explicado en capítulos iniciales, los SATE están concebidos para ser aplicados como aislamiento térmico exterior en las envolventes de los edificios y su instalación en rehabilitaciones energéticas es una de las aplicaciones más habituales. En esta entrega centraremos la temática precisamente alrededor de la complejidad de trabajar sobre el soporte o fachada existente en rehabilitación, donde los muros son de cierta antigüedad y pueden estar deteriorados o con capas que dificultan la adherencia del SATE.
Recordaremos que un SATE está compuesto por A-adhesivo, B-aislamiento térmico, C-anclajes, D-capa base, E-malla de fibra de vidrio (embebida en la capa base), G-imprimación (según sistema), H-capa de acabado (mortero, aplacado), I-capa decorativa (según sistema). Como se puede observar en la imagen 1, la capa soporte no se menciona al no formar parte del Kit de materiales que componen un SATE y, de hecho, rara vez se encuentra información en los manuales sobre las características o consideraciones a tener en cuenta en relación con la capa soporte. Sin embargo, esta capa tiene una importancia destacada en cuanto a la ejecución y durabilidad del sistema, más aún si se trata de un soporte existente cuyo deterioro o estado de conservación puede comprometer la adherencia y estabilidad de todo el SATE.
La sujeción fundamental del SATE se produce por la adherencia de las placas aislantes mediante un mortero adhesivo a la fachada. Pero, por potente que sea ese adhesivo, su adherencia estará comprometida si el paramento existente presenta problemas de estabilidad y limpieza. De hecho, el fallo entre adhesivo y soporte puede ser fatal, pudiendo provocar la caída del revestimiento SATE.
En la imagen 2, un fabricante [2] expone un ejemplo de cómo la conjunción de varios errores ha provocado la caída de este SATE en condiciones climatológicas adversas:
Según el fabricante, aquí se mezclan diferentes causas para el colapso y, entre ellas, se destaca el soporte:
Los fallos mencionados por el fabricante son errores de ejecución y por tanto responsabilidad de la dirección facultativa y/o constructora. Al no ser atribuibles a un problema en el material suministrado, la garantía de los fabricantes no cubre estas casuísticas. Estos fallos a menudo se producen de manera generalizada en la intervención dado que el (mal) criterio de falta de preparación del soporte, insuficiente mortero o espigas inadecuadas se repite en toda la actuación. Esto hace que al colapsar el SATE, no se desprendan una o dos placas sino paños enteros provocando habitualmente daños en elementos de la vía pública.
Además de seguir fielmente las indicaciones del fabricante sobre su Kit de materiales de SATE, es necesario e importantísimo un análisis previo de la fachada para detectar zonas que presenten falta de estabilidad, de resistencia y/o de limpieza. Por ejemplo:
La indicación para un paramento que va a recibir un revestimiento de SATE es que esté limpio, sin polvo y sin material suelto. Además, no debe estar húmedo ni congelado [3]. Para conseguir estas condiciones en un soporte existente suele ser necesario recurrir a limpiezas, decapados, testeos e incluso, en algunas ocasiones, las condiciones obligan a realizar un picado completo del paramento existente. Para hacer un repaso de actuaciones y casuísticas, la información más práctica está en publicaciones del CSTB [3], centro francés de referencia en tecnología de la construcción. Según este, las primeras consideraciones generales son:
En cuanto al tipo de actuaciones concretas en soportes existentes, se indica [3]:
Además de las indicaciones del manual del CSTB [3], cabe mencionar específicamente la recomendación general de realizar siempre algún tipo de limpieza de la fachada, incluso cuando el paramento se encuentre en aparente buen estado de conservación. En ocasiones es posible que se necesiten imprimaciones o consolidantes sobre el revoco o soporte existente para asegurar su cohesión y capacidad de adherencia. En situaciones en las que el paramento esté cubierto por materiales como aislamiento de poliuretano, tégolas o similar, se recomienda la retirada completa del revestimiento existente dado que no se puede asegurar la durabilidad de la adherencia de estos materiales al soporte. Una última casuística sobre los paramentos existentes sería la necesidad de instalar un SATE sobre un SATE existente. De momento no es una actuación habitual en estas latitudes, pero es una tecnología que en los países del norte de Europa ya se utiliza como estrategia para mejorar y actualizar los SATEs que han finalizado su vida útil o requieren de adición de espesor de aislamiento. En este caso, la actuación no requiere a priori la retirada del SATE existente ya que se puede añadir un nuevo revoco o un nuevo aislamiento con revoco. Como siempre, será necesario revisar la documentación y las instrucciones específicas del fabricante para este sistema. A pesar de que el SATE no es un sistema que aporte una sobrecarga excesiva a la fachada existente, debe verificarse su capacidad de carga para soportar el nuevo revestimiento aislante. En caso de soportes sin capacidad de carga, el sistema de fijación mecánico será imprescindible.
Algunos fabricantes ya exigen o incluso prestan el servicio de realizar ensayos de adherencia in situ para asegurar y cuantificar la adherencia existente. Estos ensayos se realizan habitualmente una vez que la fachada ya ha sido “preparada” para la colocación del SATE (limpieza y resto de actuaciones complementarias que hayan sido necesarias).
Algunos fabricantes muestran este tipo de cuadros (imagen 4) para ayudar en el diagnóstico y preparación del soporte. Son de gran ayuda para entender especificaciones de sus productos y para entender las estrategias que proponen para su resolución (actuaciones o productos). Como bien indican “Es imprescindible observar las especificaciones y los datos técnicos concretos de los productos incluidos en las fichas técnicas y en las homologaciones”.
Palabra clave
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